No puedo decir que fue nuestro último encuentro, porque aún nos quedaba la habitual fiesta final en la casa de campo de nuestra compañera Paz, pero sí fue la reunión para comentar nuestra última lectura de esta temporada. Qué título más adecuado para finalizar otro año cargado de lecturas: "EL ÚLTIMO ENCUENTRO" de Sándor Márai, que además nos permitía finalizar nuestro particular viaje por la literatura centroeuropea que habíamos comenzado con Stefan Zweig.
Siendo una ocasión especial, merecía un sitio especial, o al menos diferente a nuestro habitual lugar de reunión. Para esta tertulia nos reunimos en el restaurante que hay ubicado en el parque Abelardo Sánchez.
La novela, a grandes rasgos, ha dejado muy buen sabor de
Para finalizar, una anotación personal. Una recomendación que hago a todo el mundo que se dispone a viajar es que lleven siempre consigo un libro. Este será una gran compañía en los trayectos en tren, avión o autobús o en las noches de hotel, agotados del paseo y haciendo balance de todo lo visto durante el día. Visitando museos, tomando café en terrazas, dando un paseo por el parque o degustando platos típicos aprenderemos algo de la historia del lugar en el que estamos, pero si de verdad queremos adentrarnos en su alma, no conozco mejor manera que escuchar las variadas expresiones de sus artistas.
Volviendo a la obra de Sándor Márai, en la página web de la editorial Salamandra, encontramos este resumen de "EL ÚLTIMO ENCUENTRO":
Un pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los
Cárpatos, donde alguna vez se celebraron fastuosas veladas y la música de
Chopin inundaba los elegantes salones decorados al estilo francés, ha cambiado
radicalmente de aspecto. El esplendor de antaño se ha desvanecido, todo anuncia
el final de una época. En ese escenario cargado de vivencias, dos hombres se
citan para cenar tras cuarenta años sin verse. De jóvenes habían sido amigos
inseparables, pero luego sus caminos se bifurcaron: uno se marchó a Extremo
Oriente y el otro, en cambio, permaneció hasta hoy en su propiedad. Sin
embargo, ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se
interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin
armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo
imborrable de una mujer. En esta magistral novela, Sándor Márai plantea la
búsqueda de la verdad como fuerza liberadora, como soporte ético imprescindible
para sobrellevar el peso de una vida. La exactitud de su prosa, unida a la
vigencia de sus propuestas morales, lo sitúa entre los grandes escritores
europeos del siglo xx.
Espero que lo disfrutéis del mismo modo que lo ha disfrutado nuestro club. ¡BUEN VERANO!
Posdata: en breve, las fotos de nuestra fiesta de despedida...
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