EL FUTURO DE LA POESÍA YA ESTÁ AQUÍ. ENTREVISTA A MARIO OBRERO, AUTOR DE "PEACHTREE CITY", XXXIII PREMIO LOEWE A LA CREACIÓN JOVEN

Durante la semana pasada Mario Obrero estuvo

presentando en Albacete su último libro “Peachtree City”,  XXXIII Premio Loewe a la creación joven. Mario empezó a escribir a los 7 años y desde entonces su obra no ha parado de creer. Es autor además de los poemarios “Carpintería de armonios”, XIV Premio de Poesía Joven Félix Grande y “Ese ruido ya pájaro”. Con sus diecisiete años va camino de ser una de las grandes figuras del panorama literario. Tuve la suerte de poder charlar con él en una entrevista que le hicimos el martes 31 de agosto y disfrutar de la charla que dio el jueves 2 de septiembre, en la Biblioteca Pública de Albacete, en un acto organizado por la Librería Popular, para presentar “Peachtree City”. Verlo en directo resulta todo un espectáculo y actos como el del jueves resultan muy necesarios para fomentar y poner en su lugar a la poesía. Fue además, la manera ideal de retomar las actividades presenciales en la Biblioteca. Me quedé con ganas de hacerle muchas preguntas. Conforme hablas con Mario y aprendes más y más cosas, te dan ganas de preguntarle aún más cosas. A continuación os dejo algunas de esas preguntas.

-          Escribes poesía, tocas la guitarra y pintas… ¿Tienes algún proyecto para probar con la  narrativa? Me ha parecido leer en alguna entrevista que tienes escrito un libro de relatos infantiles. Por cierto, al hacerte esta pregunta, la hago un poco con recelo. Se suele hacer mucho a los poetas, pero pocas veces leo que se haga la pregunta a la inversa. Pocas veces se le pregunta a un escritor de novelas “¿tienes pensado escribir también poesía?”

Considero todo proyecto artístico y de creación un acto loable, por tanto aplaudo y celebro la narrativa como poeta y como lector. Sin embargo, hay una cuestión casi arquitectónica que me paraliza frente al texto narrativo: las dimensiones de la creación son, a mi humilde entender, muy grandes y, a veces, inabarcables. Me quedo en lo microscópico del poema, en el pequeño artilugio construido con ritmos y subconsciencias. Ahora bien, elijas poema o narrativa, no se abandona nunca la poesía. Para mí, una buena artista es aquella persona con lógica poética.

 

-          En otras entrevistas usas el término “poesía asamblearia” para hablar de tus poemas ¿qué significa esa definición? ¿haces así referencia a unas ansias de atraparlo todo en cada poema?

No querría pensar que mi poesía sea de “atrape”. Más bien, la poesía asamblearia libera y reúne a todos aquellos elementos constructores de nuestra conciencia y de nuestra vida. Me comentó una lectora en vuestra Biblioteca Pública de Albacete que mi poesía era un potaje. En efecto, me gusta aludir a ese potaje poliédrico de la poesía, al lugar o jardín de las delicias donde todo cabe y todo convive. La poesía es una convivencia que asume el carácter coral y complejo de la vida.

 

-          Esta pregunta os la hice en la presentación a Andrés y a ti y supuso un pequeño apuro. ¿Qué libro recomendarías a alguien que no ha leído nunca un libro de poesía? A alguien que en el mostrador de la biblioteca te dice que nunca ha leído nada y que no sabría por dónde empezar. Ya te comenté que, como bibliotecario, mis comodines no suelen fallar y son: Benedetti, Gioconda Belli, Arturo Tendero, Karmelo Iribarren o Cristina Peri Rossi. ¡Venga mójate tú con un par de títulos!

Es difícil elegir poetas de cabecera por muchas razones. En primer lugar, con la poeta se establece además de un vínculo literario, un vínculo afectivo. A partir de eso, ¿cómo voy a mencionar a Lorca sin hacer alusión a mi querida Rosalía? ¿Por qué decir a Szymborska cuando el pobre José Hierro está mirando a las nubes?

Me niego a creer que la poesía es un ejercicio de dificultad sumo y que ha de ser elitista. Por tanto, creo que en toda poeta encontraríamos algo diferente, independientemente de quién la lea.

Aunque no sea estrictamente poesía, no me podría olvidar de las Cartas a un joven poeta de Rilke, que a tantas nos ha guiado y nos guía.

-          Esta pregunta también te la hice, en el programa de radio. Empezaste a escribir a los 7 años, en un atasco camino (o vuelta) de Cádiz, debido que te quedaste sin pilas en la consola. ¿Conservas esos primeros escritos? ¿Qué sientes al releerlos? Por cierto ¿compraste pilas nuevas para la consola?

Frente al acto radical de la poesía la vida sigue su transcurso y sí, compramos pilas. Pero sucedió como aquella vez que Lorca piso siendo estudiante Compostela y se convirtió en “poeta de la alta hierba, de la lluvia alta”. Siendo la memoria el valor fundamental de la poesía a mi entender, reactivar la primera conciencia poética y revisitar esos versos es siempre algo emocionante. Además, encuentro en ellos una profundidad sorprendente, si bien pertenecen a otra época y son iniciáticos.

-          ¿Hablas con tus amigos de poesía? ¿Qué te dicen de tus libros?

El término amigo viene del latín amare. Por supuesto, hay cantidad de amigos, de seres a los que amo, con quienes hablo no solo de poesía, sino en poesía. Gente de mi edad, adultos e incluso los muertos son amigos de camino a los que recurro e incito a conversar. De mis libros me gusta hablar poco, creo que son solo pretextos para debatir y reflexionar del misterio, del envés, de la lluvia oculta.

-          Cristina, una amiga profesora de música me pide que te haga la siguiente pregunta ¿Qué opinas sobre el trato que se da en el instituto a las asignaturas de literatura, especialmente a la poesía, la música o la pintura? Y añado un par más ¿Crees que se tratan adecuadamente las asignaturas de las diferentes artes? ¿Crees que con los actuales programas se fomentan dichas artes? Yo personalmente, desde el mostrador de la biblioteca veo como los alumnos de instituto a veces vienen pidiendo los mismos clásicos, año tras año, en ediciones adaptadas para el público adolescente. Creo que esa no es la mejor manera para introducir a gente joven en el hábito lector. Aunque también vienen pidiendo títulos más novedosos con historias más adecuadas para sus primeras inquietudes. Tema complicado para responder brevemente.

Bueno, yo solo he sido otro alumno más del sistema público de enseñanza. Por tanto, estoy lejos de tener una opinión de peso y un análisis profundo del asunto. Creo que es importante, hacer una pequeña apreciación cuando hablamos de la educación y la cultura: hay que radicar la anomalía, la responsabilidad, en los engranajes burocráticos de la institución y no en las alumnas y sus maestras. Las humanidades no mueren porque el personal docente quiera, ni debido a la falta de interés del alumnado. A las humanidades, como a la música o a la artística en los centros educativos, se la aniquila desde un sistema educativo que sigue pensando en Tiempos modernos.

Recordemos las Misiones Pedagógicas o la Institución Libre de Enseñanza durante la II República. En un ambiente de analfabetismo, absentismo y pobreza unos breves años de inversión y apuesta por una educación transversal, no dogmática y con recursos dio resultados inigualables. Por ello creo que con una educación humanística que blindase la obligatoriedad de la filosofía, el latín, o que promoviera la poesía de manera activa y no como ornamento al libro de literatura podríamos presenciar un renacimiento entre un alumnado que tiene sensibilidad artística pero que carece de recursos y oportunidades.

 

-          ¿Tienes una mejor hora o momento para escribir? ¿Viajando, tal vez?

Siendo la poesía un acto de necesidad, no hay mejor ni peor momento para escribir. A veces un poema quiere germinar en momentos incómodos, a mitad de la noche, en el metro, sobre la nieve o bajo la sombra de un jazmín. Pero, entendiendo el requerimiento y esfuerzo de la poesía y sin menospreciar el trabajo cotidiano e incesante de toda buena poeta, no delimito o programo mis horas de escritura.