CLUB DE LECTURA DE SOCOVOS -- Comentamos "LA LIBRERÍA" de Penelope Fitzgerald en Socovos el día 17 de marzo. Al final no ha resultado un
libro tan bueno. Al seleccionar “La
librería” tenía esperanzas de que el libro gustase y de que diese pie a un buen
debate. El debate estuvo bien, aunque eso es casi inevitable cuando se habla de
libros; incluso los malos libros dan pie a buenas charlas. "La librería" no es un
mal libro, pero no gustó tanto como esperaba. Yo mismo no sé ahora mismo qué aportar
a la crítica que se hizo sobre él. Tampoco tengo claro la opinión que dar sobre la
película. Me sorprende eso sí, la cantidad de gente, buenos lectores, que me
han comentado que les gustó más la película que el libro. Eso ya es una señal
rara. He disfrutado mucho con las películas de Isabel Coixet y en este caso
creo que era una apuesta arriesgada. Recrear el ambiente frío y tenso de la
novela debe ser difícil. Al final creo que ese es el principal problema de la
historia. Tanto el libro como la adaptación cinematográfica nos dejaron (a casi todos) algo fríos.
Y eso no debería ocurrir teniendo en cuenta que trata de una historia que gira
en torno a los libros y los enormes valores y capacidad de disfrute que
conlleva la lectura. ¿Será por desarrollarse todo en un pueblo de la Inglaterra
profunda? Esos días grises y ese carácter flemático acaban haciendo mella en
nuestros calientes e impulsivos corazones latinos. No digo que la novela
tendría que terminar como la matanza de puerto Urraco, que todo el mundo sabe
que se debió una rencilla entre dos familias por unos libros sin devolver. Pero es
que en esta ocasión todas las tensiones y disputas que van surgiendo se quedan
como a medio gas, no termina de estallar ninguna y tensar la historia. Y cuando lo hacen, casi ni te
enteras. Todo ocurre con una placidez desesperante. Entre algunos comentarios que se hicieron sobre el libro están que es
lento , insulso o falto de fuerza. Casi todos coincidimos en que el personaje
más dinámico, el más fresco es el de la niña que acompaña a Florence Green en
su trabajo. También que el personaje de Mico resulta detestable, por esa
hipocresía y cinismo que despliega continuamente.
La novela, que transcurre en 1959, se centra en Florence Green, una viuda de mediana edad, que decide
abrir una librería en la pequeña localidad costera de Hardborough. El
emplazamiento que escoge es "Old House", una casa abandonada, que se
rumorea está infestada de fantasmas. Tras muchos sacrificios, Florence consigue
abrir su negocio, que crece poco a poco durante un año hasta que las ventas
decrecen. Se le opone la influyente y ambiciosa Violet Gamart, que pretende
abrir un centro de arte en la misma casa. El sobrino de la señora Gamart, un
parlamentario, consigue un cambio legislativo que autoriza al municipio a expropiar
cualquier edificio de interés histórico que haya estado deshabitado durante
cinco años. La ley es aplicada y "Old House" es expropiada, obligando
a Florence a dejar su librería.
El libro gira en torno a las
tensiones que se van creando en este pequeño pueblo entre la solitaria pero
decidida señora Green y la “todopoderosa” Violet, acostumbrada a hacer todo lo
que le place en la región. Green se
opone con tesón a cuantas trabas le ponen en su sueño. Pese a que al final
debe claudicar, el libro nos deja el regusto de que al menos conserva intacta
su libertad, y que su causa, la de montar una librería en ese rincón tan
apartado, era una causa muy noble. En fin, desde el club de lectura de Socovos,
recomendamos este libro, pero con recelo. Si no os gusta, luego no vengáis a
quejaros.
Os dejo por último un enlace a un artículo que me ha
parecido muy interesante, en el que se hace referencia a un posfacio escrito
por el albacea literario y yerno de la escritora Terence Dooley. En él habla de
todo lo que hay de biográfico en esta novela.
La librería, comentario de Terence Dooley
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