celebramos en club nuestro particular encuentro en torno a la literatura africana. Nos reunimos para comentar “SUEÑOS EN TIEMPOS DE GUERRA” de Ngũgĩ wa Thiong'o. En este libro, el escritor keniata va alternando recuerdos de la infancia, centrados principalmente en torno a la familia y a las diferentes escuelas por las que va pasando, con su particular análisis de los acontecimientos históricos que van sucediéndose, que en mayor o menor media se cuelan en sus fantasías a la vez que llegan a alterar la vida familiar. Desde su curiosa conciencia infantil nos habla de la Segunda Guerra Mundial, la aportación de Kenya a la misma como colonia inglesa y como no se pagó su esfuerzo tras la victoria, la represión del gobierno inglés, el intento de adoctrinamiento social al comenzar el surgimiento de los movimientos independentistas, la visión de algunas figuras del momento, como Chrurchill, Ghandi o los líderes kenyatas, la represión que estos sufrieron, o la guerra civil soterrada que se desarrolló en Kenya durante eso años. De los detalles históricos de la novela nos asesoró como siempre Pedro, aportando datos muy interesantes. Otra compañera comentó que el libro bien se puede dividir en tres partes: la que se centra en la familia, la que nos habla de los azarosos pasos del protagonista por las escuelas y la que nos va dando retales de los acontecimientos históricos. Cada una de esas partes tiene muchos detalles que comentar. Nos llamó la atención, como no podía ser de otro modo, la descripción de las costumbres sociales. Se habló de la poligamia y del trato cordial de su padre con sus cuatro mujeres, que parecían mantener una especie de alianza entre ellas y en la que cada una tenía reservado un espacio y un rol particular. También se comentó como este trato se hace trizas cuando se viene abajo la bonanza económica. En el libro Ngũgĩ habla de la importancia que tenían las reuniones familiares en torno a la hoguera al llegar la noche y en la que algunos miembros de la familia aprovechaban para contar diversas historias. En una entrevista posterior, el autor reconoce la importancia que tuvieron estos encuentros para animarlo a él a ser otro contados de historias. Se destacó la importancia de la madre, una mujer independiente y luchadora que favoreció en todo momento que su hijo fuera a la escuela y recibiera una educación. En aquella época, hubo ciertos vaivenes en torno a la gestión de los centros escolares. Había dos grandes grupos: unos gestionados con el gobierno colonial y que procuraba dar una visión edulcorada de la propia colonización y otros que surgieron dentro de los movimientos nacionalistas que se enfrentaban a esta idea e intentaba recuperar los valores ancestrales y originales del país. Todos ellos, eso sí, bajo el amparo siempre de diversas comunidades religiosas.
No todas las compañeras lograron leerse el libro. El libro, pese a su lenguaje sencillo, en muchos momentos se hace algo denso por la cantidad de personajes que aparecen, de nombre difíciles de recordar, pero sobre todo, por la descripción tan minuciosa que hace de los diferentes centros escolares que había en el país. También por algunos aspectos históricos de los que desgraciadamente no tenemos muchas referencias.
El libro mantiene en todo momento un tono agradable e incluso agradecido, como suele ser siempre los recuerdos de un niño, aunque en algunos momentos se describen situaciones muy conflictivas y dramáticas. La historia es ante todo un canto a la importancia de la cultura y la educación. Volvemos a encontrarnos como protagonista, al igual que en los dos libros anteriores (“El lector de Julio Verne” y “Los peces no cierran los ojos”) con un niño protagonista apasionado por los libros.
Nos dio mucho que hablar aunque nos dejamos demasiadas cosas en el tintero. El tema de África y su situación actual resulta complejo y desalentador. Se discutió sobre si los niños de ahora, al tener muchas más facilidades para el estudio han perdido la capacidad de esfuerzo que parecen tener generaciones anteriores. Y se quedó una pregunta en el aire ¿Logrará salir África alguna vez de esta opresión continua en la que vive? Este libro nos enseña muchas cosas, nos sirve además para darnos nuevas perspectivas y concienciarnos un poco más. Es un libro que, por supuesto, recomendamos desde nuestro club de lectura. Y como siempre, para despedirnos, aprovechamos para mandar un fuerte abrazo al club de lectura Baobad, que seguimos siempre de cerca, y a Sandra su coordinadora y nuestra asesora particular sobre temas africanos.
Voy a dejar para terminar un extracto de los comentarios de nuestra compañera Felisa, que no pudo venir pero que nos los envió por correo. También puedes dejar tus opiniones en este blog o en nuestro rincón de Facebook.
Son los años de las guerras mundiales, y el colonialismo británico de Kenia, lugar donde suceden los hechos. El nacimiento de una guerrilla africana, los Mau Mau, defensora de los derechos de los africanos, que se ven despojados no solo de sus tierras sino de su propia dignidad como personas y a la que pertenece el hermano mayor del autor y que a mí me recuerda, salvando las distancias a la resistencia de los grupos guerrilleros que protagonizaron los maquis, en el libro reciente “El lector de Julio Verne” de Almudena Grandes, ambas resistencias se refugian y esconden en las montañas para preservar la vida.
Además el protagonista en los dos libros es un niño, curioso, observador crítico de la realidad y con unas enormes ganas de leer, sabedor de la cultura como forma de avanzar en la sociedad y que tras diferentes obstáculos consigue finalmente estudiar en el mejor centro de enseñanza secundaria del país gracias a su esfuerzo y talento.
El libro nos acerca a las costumbres y formas de vida de Kenia y por ampliación de otras zonas de África. La buena relación entre todas las esposas y la solidaridad entre los miembros de la amplia familia cuando hay problemas económicos u de otra índole es de destacar, también el espionaje de los que están a favor del gobierno colonialista dentro de la propia familia y los que están en contra.
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