Afirmaba el grupo musical Golpes Bajos que corrían “malos tiempos para la lírica”, y los días oscuros que vivimos entre catástrofes naturales, guerras, palabrería de políticos infames, falta de criterio, pensamientos amordazados, ruido y crispación, parecen corroborar estas palabras.
Guardar silencio
Cualquier ruido es fugaz.
El grito más desgarrador
acaba disolviéndose en silencio:
ya sea una discusión,
la más encarnizada,
el viento del desierto, el bombardeo
vivido entre las ruinas
de la ciudad sitiada, el corazón
cantando nuestro miedo.
Aunque entonces parezca
que nunca callarán las explosiones
ni tampoco el gemido
de los agonizantes,
ni el polvoriento vuelo de los cuervos,
ni la brisa que esparce
el olor a quemado, a sangre, a orina,
en el silencio vuelve
a establecerse el orden
que al vivir alteramos,
la perfección primera.
No existe acción más pura:
callar, y que el silencio
adelante su obra,
que lo que ha sido vuelva
a parecerse
a lo que otra vez
será tarde o temprano.
Arturo Tendero. El principio del
vuelo. Ed. Páramo, 2022
El club de lectura Aljaima volverá tras
el paréntesis veraniego para seguir compartiendo y comentando.
Felices lecturas y buen verano.
Como siempre esta crónica está escrita por nuestra compañera María Ángeles.
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