...creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.
Recuerdo una vez en la universidad, yo iba camino de un examen. Cerca del aula pasé frente al quiosco de la Facultad de Letras. Era un sitio que me gustaba especialmente, en el que me encantaba demorarme. Un cuarto pequeño con una ventana a modo de mostrador y de paredes acristaladas, completamente alicatada con las últimas novedades editoriales. No sé cuántas horas me pasé contemplando esos escaparates improvisados, haciendo complejas ecuaciones mentales para poder ajustar mi precaria economía de estudiante y comprar alguno de los libros o revistas que mostraba. Rara vez lograba juntar las pesetas necesarias para hacer realidad sus cantos de sirena. En esta ocasión, camino de un examen, no recuerdo ya de qué asignatura, me fijé en un ejemplar de la revista Anthropos, el número 109, que le dedicaba íntegramente a Ángel González. Me lo compré sin dudar. No hacía muchas tardes, había pasado un rato agradable hablando con unos amigos sobre el descubrimiento que había supuesto su poesía. Tuve que renunciar al desayuno, pero no importaba. Sería feliz hojeando la revista antes de la hora del examen. Y tanto me enfrasqué en su lectura que el examen se pasó sin darme cuenta. Unas horas después, apareció mi novia por los pasillos preguntándome preocupada que me había pasado, por qué no había hecho el examen. Yo me aturullé intentando darle una razón convincente. Han pasado muchos años desde esa anécdota. La signatura la aprobé en otra convocatoria y mi novia de entonces ya no es mi novia, pero la fascinación por Ángel González no ha disminuido.
En el club de lectura de Socovos comentamos el pasado martes 23 de noviembre su antología “101 + 19 = 120 poemas”. Es raro que un club se decida a comentar un libro de poemas. Es un género esquivo, difícil, ya que cada poema puede ofrecer muchas visiones diferentes. Y más cuando se trata de un resumen de una obra completa. Difícil concretar en dos horas la obra poética de cualquier autor. Pero me alegró mucho que se decidieran por este libro. Como bibliotecario me topo a menudo con el recelo de muchos usuarios cuando me piden consejo y yo les recomiendo algo de poesía. Es escuchar esa palabra, poesía, y dan un paso para atrás. Después vienen las excusas. La más habituales: “no tengo tiempo”, “no la entiendo”, “mejor algo que no me haga pensar”. Ante eso, uno no sabe como reaccionar. “Pues nada, llévese usted el último Premio Planeta”, o alguna de esas trilogías de intriga que ahora están tan de moda. He visto a gente que me dice que no tiene tiempo para leer poesía llevarse infumables ladrillos de mil páginas, eso sí, con portadas la mar de coloridas. En fin, he visto a esa misma gente perder el tiempo con el móvil mientras esperan en la cola del autobús.
Tengo en la recámara un puñado de poetas a los que suelo recurrir a la hora de recomendar poesía a esos huidizos paganos. Ángel González es uno esos poetas infalibles. La suya es una poesía sencilla, llana, de lenguaje fácil pero cargada de nostalgia, de compromiso social y sobre todo de fina ironía e incluso dosis de humor irreverente, algo muy útil si se quiere atraer a alguien hacía lecturas nuevas. En la reunión del martes no fuimos muchos. Y encontré en las compañeras la misma suspicacia que ya he visto en tantos otros usuarios y usuarias. Las mismas excusas, los mismos problemas… Pero bueno, si para algo están dedicadas estas tertulias es para abrir la mente y descubrir cosas nuevas en estas lecturas compartidas. Antonio, el bibliotecario, es también un ferviente seguidor de Ángel González. Leyó algunos de sus poemas favoritos. Hablamos de la vida del poeta y cómo ésta, las situaciones trágicas que le tocaron vivir le influyeron irremediablemente y le empujaron a escribir esa poesía tan comprometida. Cómo a base de ironía y habilidad para jugar con las palabras pudo sortear la censura y escribir versos como puñetazos.
Así con todo, con un poco de pasión, creo que al final resultó un encuentro modesto pero entretenido. La reunión del martes fue nuestro pequeño homenaje a este universal poeta asturiano. Espero que quiénes asistieron a la tertulia, miren ahora la poesía con mejores ojos y no den un paso atrás cuando alguien les recomiende leer unos versos.
Para terminar, os dejo un par de enlaces, que pueden ayudar a comprender y disfrutar a Ángel González. Un programa de radio de La poesía y los poetas que le dedican y otro de RTVE dentro de la serie de documentales, "Esta es mi tierra".
https://www.ivoox.com/poesia-poetas-angel-gonzalez-13-10-2013-audios-mp3_rf_2444329_1.html
https://www.rtve.es/play/videos/esta-es-mi-tierra/esta-tierra-ciudad-cero-angel-gonzalez/678497/
Comentarios
A mi siempre me funcionaba empezar quitando capas hasta dejar libres en escena mis propios sentires....y desde ahí era capaz de compartirla y hacerla entender mejor.
un beso Juli.
yo fan de Jorge Reichmann, para dar caña a mil por hora jejeje