Una de las muchas virtudes del Club de Lectura de Socovos es su valentía a la hora de escoger sus lecturas. Aquí no se nos caen los anillos por leer a los clásicos, alternar los géneros literarios o enfrentarnos a las obras maestras de todos los tiempos. Como muestra, nuestra última elección para comentar, LA SEÑORA DALLOWAY de Virginia Wolf, uno de los libros imprescindibles dentro de la literatura inglesa de manos de una de sus escritoras más icónicas. Un libro con una escritura densa, original, rozando lo experimental, a menudo comparado con “Ulyses” de Joyce o “En busca del tiempo perdido” de Proust. Con estos referentes, hay que reconocer que daba un poco de miedo enfrentarse a este libro. Pero lo disfrutamos, nos gustó, no resultó tan difícil de leer y coincidimos a la hora de escoger alguno de sus párrafos más brillantes. En la novela se describe un día en la vida de Clarisa Dalloway, que por la noche va a celebrar una fiesta y está enfrascada en los preparativos. Pero lo hace de una manera original desde una perspectiva diferente, introvertida. El libro nos mete primero en la mente de la señora Dalloway para ir saltando a la de otros de sus personajes. Sigue de alguna manera el discurrir errático de unas y otros y de ese modo nos va mostrando la personalidad de cada uno, sus inquietudes, sus temores, sus aficiones, su gusto o disgusto por otros personajes, a la par que estas descripciones sirven para ofrecer un paisaje muy completo, cínico a ratos de la sociedad inglesa del momento. Son los años posteriores a la I Guerra Mundial, y nos muestra una sociedad hipócrita y banal que intenta olvidar la pesadilla que ha supuesto dicha guerra. Simulan que nada ha cambiado y se aferran a los viejos valores del imperio inglés cuando en realidad todo ha empezado a desmoronarse.
De todo esto hablamos en nuestro club. Comparamos las visiones que da Virginia Wolf de Londres con la que da Galdós de Madrid en Misericordia (nuestra lectura anterior) con unas perspectivas y sensibilidades muy diferentes. Nos sorprendió, como ya ocurriera en su momento, el análisis que hace la autora, a través de Septimus, excombatiente en la gran Guerra, sobre la locura. Demuestra una postura valiente a la hora de mostrar el dolor que esta supone. También hablamos, como no podía ser de otro modo, del uso del lenguaje tan arriesgado, tensándolo al máximo para hacerlo ir paralelo a la cadencia y vaivén que suele tomar el propio pensamiento. Sin duda es uno de los grandes logros de la novela, esa manera tan original de tratar el lenguaje, lo cual abrió nuevos caminos a la narrativa.
El feminismo y la reivindicación que hace de la mujer, que en esos momentos tiene una posición muy secundaria en la sociedad inglesa, al margen de los puestos de poder y con más dificultades que el hombre para acceder a círculos artísticos o la vida empresarial. No hay que olvidar, que posteriormente, Virginia Wolf, con mayor o menor acierto ha sido un referente dentro de la lucha feminista.
En fin, otro libro que nos gustó mucho y que recomendamos desde nuestro club de lectura, aquí, en Socovos, un pueblo bonito, un pueblo lector. Ah, por cierto, mañana nuestro club está de fiesta. ¡Cumplimos 15 años! Y lo celebraremos organizando un encuentro algo diferente a los habituales.
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