Nuestro
segundo libro para comentar esta temporada ha sido "Novelas
ejemplares" de Miguel de Cervantes. Gracias a nuestra
notaria de honor, Paz, os dejo a continuación algunos de los comentarios de
nuestros componentes. En general, la novelas escogidas gustaron mucho, pese a
la dificultad que entraña nuestro castellano antiguo. Con todo, creo que ese
lenguaje, con una riqueza, con unos giros, con una gramática diferente a la de
nuestro tiempo, nos ayuda a introducirnos mejor en la historia.
"La gitanilla"
gustó mucho y originó un debate sobre los gitanos y sus tradiciones, costumbres
y modo de vida. En esta novela, Cervantes deja en muy buen lugar a la
gitanilla, a la vez que marca muy bien las diferencias entre las
diferentes clases sociales de la época. Se comentó que su argumento es
parecido a "La ilustre fregona" y que enlaza de algún modo
con la historia de "Rinconete y Cortadillo".
"El
amante liberal" también gustó mucho, sobretodo por destacar el papel
de la mujer, de una manera clara y diferente al ideal imperante de la época.
Por útlimo
"Rinconete y Cortadillo", fue quizás la más ardua de leer, por
la jerga barriobajera que usa constantemente. Se destacó el personaje
de Monipodio, por su actualidad, desgraciadamente, y por parecerse mucho en sus
maneras a algunos de los politicuchos que venimos padeciendo de un tiempo a
esta parte.
Como resumen, me quedo con la
opinión de que a casi todos sorprendió este libro, y que ha servido para
redescubrir el que quizás es el escritor español más importante de la
literatura española y para animarse a leer otras obras de él.
Para acabar, os dejo algunas
anécdotas sobre Miguel de Cervantes que aparecen en la página web:
http://www.salminter.com/blog/10-curiosidades-sobre-miguel-de-cervantes-que-seguramente-no-conocias/
No sabemos cómo era Cervantes físicamente. Seguramente cuando
piensas en Miguel de Cervantes se te viene a la mente el famoso cuadro que se
atribuye a Juan de Jáuregui que se encuentra actualmente en una de las paredes
de la Real Academia de la Lengua. Existen otros muchos retratos del escritor,
pero lo cierto es que ninguno de ellos es una representación auténtica de él.
Todos están basados en la descripción que él hizo de sí mismo en el prólogo de
sus Novelas Ejemplares.
Era tartamudo. Cervantes contó en el prólogo de sus Novelas Ejemplares que era
tartamudo. Algo que, al parecer, marcaría su personalidad a lo largo de
toda su vida.
Un genio pobre. Aunque El Quijote es considerada hoy la obra literaria española más
importante de todos los tiempos y una de las más importantes de todo el mundo,
Cervantes nunca recibió ningún tipo de retribución económica por ello. De
hecho, durante su vida pasó muchas estrecheces y murió pobre.
El manco de Lepanto. Participó en la batalla de Lepanto. Cervantes fue
herido en la mano izquierda, lo que le valió el apodo de “El manco de
Lepanto”. Sin embargo, no tenía amputada ninguna mano, sino que solamente
perdió la movilidad.
Cervantes
fue esclavo. Tras ser apresado por los piratas bárbaros en 1575, el
escritor pasó cinco años como esclavo en Argel hasta que Fray Juan Gil
pagó 500 escudos de oro para liberarlo en el año 1580. Junto con él
también fue liberado su hermano.
Empezó a escribir El Quijote en la cárcel.
Durante bastantes años fue cobrador de impuestos y aprovechó para
quedarse con parte del cobro de los impuestos de la Iglesia, por lo que
además de ser excomulgado hasta tres veces, pasó varios periodos en prisión de
corta duración. Durante una de estas estancias en la cárcel, en 1597, empezó a
escribir la que sería su obra maestra: El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha.
La ciudad de la que Cervantes no quería acordarse. ¿Cuál era la ciudad de
la que Cervantes no quería acordarse? Muchos han sido los nombres de las
ciudades con los que se ha especulado a lo largo de los siglos, pero ahora
parece que podría tratarse de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).
Shakespeare
era un gran admirador de Cervantes. Curiosamente, Shakespeare llegó a leer
la primera parte de Don Quijote de La Mancha y fue un gran admirador de
las novelas del autor español. Como homenaje a él, en 1613
llamó Historia de Cardenio a una de sus obras, nombre de uno de los
personajes que aparecen en la novela de Don Quijote. Cervantes
no murió el mismo día que Shakespeare. Aunque se ha extendido la idea de
que Cervantes murió el mismo día que el escritor inglés, lo cierto es que esta
información es errónea. En primer lugar, Cervantes no murió el 23 de abril,
sino el 22 de abril, pero antiguamente existía la costumbre de fechar la muerte
el día del entierro. Y, en segundo lugar, aunque Shakespeare murió el día 23 de
abril según el calendario gregoriano, hay que decir que en aquella época
Inglaterra se regía por el calendario juliano, por lo que realmente falleció el
3 de mayo.
La
Tumba de Cervantes. Tras su muerte, Cervantes sería enterrado en una tumba
sin lápida y sin nombre, por lo que su ubicación se desconoce. No obstante, el
año pasado, un equipo de investigadores aseguraron haber dado con los restos
del escritor y con los de su mujer, Catalina de Salazar, en el sótano de la
cripta del convento de las Trinitarias de Madrid, donde el mismo pidió ser
enterrado.
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